Ministerio de la Música

Buscando identificar correctamente el papel de la música y los músicos dentro de la iglesia, toda la actividad musical en el templo deberá llamarse Ministerio de Música. De esta manera, los músicos pasarán a tener una visión clara de su papel como ministros, y la iglesia una visión clara de la música como ministerio: su objetivo y su mensaje. La música es uno de los mayores dones dados por Dios y, por ese motivo, se constituye en un elemento indispensable en el proceso de crecimiento cristiano.

Creemos que el evangelio ejerce un impacto en todas las áreas de la vida. Por consiguiente, sostenemos que, dado el amplio potencial de la música para el bien o el mal, no podemos ser indiferentes a ella. Incluso reconociendo que el gusto, en cuestión de música, varía de individuo a individuo, creemos que la Biblia y los escritos de Elena de White sugieren principios que pueden transformar nuestras elecciones. No hay duda de que la música es una expresión artística que toca sentimientos.

Motivar a quienes están involucrados con la música y adoración en la iglesia a desarrollar un sentido de ministerio, comprometiéndose en la práctica del diálogo, investigación y oración, con el objetivo de contribuir a la salvación de las almas. Vivimos en un momento difícil donde las personas y la sociedad expresan sentimiento religiosos sin una clara orientación cristiana y bíblica. La música se ha convertido en un tema fundamental que requiere discernimiento y decisión espirituales. Toda la música que se escuche, toque o componga, debe glorificar a Dios. “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Este es el principio bíblico fundamental.

Mostrar que la música debe ser evaluada. Elegida y producida de manera racional, teniendo en vista su poder, y buscando cumplir el propósito de Dios para la edificación de la Iglesia y la salvación del mundo. El consejo bíblico dado por Pablo es claro: “cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento” (1 Corintios 14:15).