Sobre Nosotros
Siempre ha sido el propósito de Dios educar a Sus hijos en un ambiente en conformidad con su voluntad. El sistema escolar adventista proporciona a los niños y jóvenes, una educación física, mental, espiritual, social, y vocacional equilibrada, con Dios como la fuente de verdad y los valores morales. El interés de la iglesia es la restauración de la imagen del Hacedor en el individuo; y como consecuencia, el desarrollo óptimo y completo de la persona para esta vida y la vida venidera.
Las iglesias adventistas operan escuelas con el fin de lograr la salvación de sus hijos, por la aceptación de Jesús como su Salvador personal, y luego ayudarles a lograr el desarrollo del carácter para que lleguen a ser en esta sociedad, miembro honrados, estables, productivos y con temor a Dios. El curso de estudio en las instituciones educativas adventistas, instruye a los alumnos en la visión bíblica del origen de la vida, los deberes y el destino humano.
La filosofía adventista de la educación es cristocéntrica. Los adventistas creen que, bajo la dirección del Espíritu Santo, el carácter y los propósitos de Dios pueden ser conocidos, tal como están revelados en la Biblia, en Jesucristo y en la naturaleza. Las características distintivas de la educación adventista, derivadas de la Biblia y de los escritos de Elena de White, apuntan hacia el objetivo redentor de la verdadera educación: restaurar a los seres humanos a la imagen de su Creador.
Los adventistas del séptimo día creen que Dios es infinito en amor, sabiduría y poder. Y que se relaciona con los seres humanos de forma personal, presentando su carácter como la norma esencial para la conducta humana y su gracia como el medio de restauración.
Los adventistas reconocen que los motivos, los pensamientos y el comportamiento humanos están por debajo del ideal de Dios. La educación, en su sentido más amplio, es el medio para restaurar la relación original de los seres humanos con Dios. Trabajando juntos, el hogar, la escuela y la iglesia cooperan con los agentes divinos en la preparación de aprendices de una ciudadanía responsable en este mundo y en el mundo venidero.
La educación adventista transmite más que conocimiento académico. Promueve el desarrollo equilibrado de la persona como un todo: espiritual, intelectual, físico y social. Su dimensión en el tiempo es la eternidad. Busca desarrollar una vida de fe en Dios y respeto por la dignidad de todos los seres humanos; edificar caracteres semejantes al Creador; estimular a pensar en lugar de ser simples reflectores del pensamiento de otros; promover el servicio por amor en lugar de la ambición egocéntrica; asegurar el máximo desarrollo del potencial de cada individuo; y adoptar todo lo que es verdadero, bueno y bello.
La educación adventista prepara a las personas para ser útiles y felices, vidas plenas que promueven la amistad con Dios, el desarrollo integral de la persona, los valores fundamentados en la Biblia y el servicio altruista, de acuerdo con la misión adventista del séptimo día al mundo.
Educación adventista busca:
- Desarrollar una vida de fe en Dios y respeto por la dignidad de todos los seres humanos;
- Edificar un carácter similar al del Creador;
- Estimular a las personas a pensar, en vez de incentivarlas a ser meros reflectores de los pensamientos de los demás;
- Promover el servicio de amor en lugar de la ambición egoísta;
- Asegurar el máxima potencial de desarrollo de cada individuo,
- Tomar todo lo que es verdadero, bueno y hermoso.